¡Pero cómo no me voy a reír! Estaba seguro de que no lees lo que escribo. Lo que empiezo a dudar es que leas lo que escribes tú.

A ver que me entere. Resulta que no intentaste insultar a nadie, que eso no es un insulto. A ver, ¿lo escribiste o no? ¿Es un insulto o no? Porque todo no se puede. Para mí sí lo es, y más como intentaste usarlo, asumiendo que alguien lo es porque no piensa como tú. Si eso ya nos dices lo que la gente tiene que pensar. De qué equipos pueden opinar y cómo. Y si sospechamos que alguien piense de tal o cual manera, ya nos dices qué castigo. Claro que sí. Muy democrático y de grandes aperturas de miras.

¿Pocos argumentos? No sé si muchos o pocos, pero parecen incontestables, porque no has respondido a ninguno. Pedir además de una respuesta algo de raciocinio parece demasiado.

Ojalá seas joven y todavía tengas tiempo de aprender que hay tonos grises en la vida, no todo es blanco y negro. Que sentirse ofendido dice más de ti mismo que de la parte contraria. Y que en la diferencia de opiniones está bien y muchas veces enriquece.

Posiblemente estemos de acuerdo en más cosas de las que crees. Pero con esa visión oscura y triste que emana de lo que dices, es imposible conectar.